domingo, 24 de junio de 2012

Que vienen los tomates...

Ahora que tengo cuatro tomateras creciendo vigorosas (concretamente una de Negro de Yeste y otra de Pera Pimiento echando sus primeras flores y dos Mucha Miel Aperado, agarrando después del trasplante) gracias a las semillas que me regaló Manolo del restaurante Saboya 21, donde comeréis requetebién si vais a Tarazona (Zaragoza), he encontrado este fantástico vídeo gracias al fantástico blog: megustaestarbien.com, no puedo sino compartirlo. Lo disfrutaréis tanto amantes del tomate-tomate como de Muchachada Nui, con un Joaquín Reyes y un Carlos Areces muy tremendos...


Aquí el link directo para verlo en Youtube, por si os da problemas.


Gocen!
Nach

martes, 12 de junio de 2012

Comentario sobre "Paleovida" de Carlos Pérez

El primer libro (que yo haya encontrado, claro) sobre la dieta Paleo en español y escrito por un español, merecía algo más que una reseña. Hace tiempo que tengo el libro y lo leí en dos días justo después de comprarlo, pero hasta ahora no me he podido sentar a hablar un poco sobre él.
La verdad es que disfruté leyendo porque reafirmé cosas que ya sabía desde un punto de vista cercano, amplié nuevos territorios dentro de la dieta paleo y aprendí cosas nuevas. Con un importante añadido además y es que, hasta ahora, casi todo lo que había leído partía de la base de cambiar la SAD (Standard American Diet, Dieta estándar americana) y aquí parten desde algo más cercano, y por cierto más saludable, benditos sean nuestros ancestros, la dieta meditarránea.
Voy a nombrar varios de sus puntos fuertes y algunas de las cosas que no me gustaron tanto, tratando de no destriparlo del todo (odio las críticas que te cuentan la peli...)

A favor:

  • El libro es completo en cuanto al acercamiento a la dieta, la explicación evolutiva (magníficamente contada) y las razones, más allá de la lógica y la evolución por las que seguir la dieta Paleo es la forma más sana de alimentarse, como la acidez y la alcalinidad que producen los alimentos y algunos hábitos y como la dieta Paleo favorece el equilibrio y una tendencia a una saludable basicidad general; o algo muy conocido para los seguidores de las dietas bajas en hidratos que minimizan si no eliminan los azúcares y cereales y aceites de baja calidad: la inflamación crónica y su interminable lista de males relacionados.
  • Hace hincapié en la relación con la hidratación, desmontando otra gran trola de la sabiduría convencional, que nos sugiere beber agua constantemente (la tele nos sugiere que, a ser posible, bebamos también otras cosas, más coloridas, dulces, insalubres y caras...), y señalando una vez más, como nuestro cuerpo es más inteligente que los consejos tendenciosos que nos llueven encima constantemente (la de veces que habré leído en revistillas marujiles que sólo el hecho de tener sed es un síntoma importante de deshidratación) y que por tanto, el mecanismo de la sed, la auténtica sed, con la que ya apenas entramos en contacto, es un sistema que funciona con verdadera precisión para avisarnos de que necesitamos un aporte de líquido elemento.
  • Muy interesante resulta también la explicación de por qué somos adictos al azúcar, que antes de producirse industrialmente era prácticamente imposible de encontrar en la naturaleza.
  • Señala constantemente la importancia de comer proteína (y grasa) animal de calidad, sin escatimar en ella, dada la importancia de comer animales sanos para estar sano. Peces salvajes, carnes alimentadas con pasto y que hayan correteado y pollo y huevos, de corral o ecológicos.
  • También nombra bebidas alcohólicas aceptables en orden descendiente. ¡Gana el vino tinto! ¡Cómo no! Y dice algo que me encanta, que la cerveza, aunque proviene de la fermentación de un cereal contiene nutrientes que siempre la harán más sana que cualquier bebida azucarada, ¡toma! ¡Vivan las cañas! ¡Muerte a los putos refrescos!
  • Invita a hacer ejercicio en ayunas y a recuperar el circuito de la recompensa según el cual está diseñada nuestra programación genética y que la vida moderna nos jode constantemente con trampas de todo tipo.
  • Habla de la compaginación de este estilo de vida con LA VIDA (y más concretamente con la alegre forma de ver la vida en el Mediterráneo, parecida en general a la latina, diría yo) y de la regla del 80/20, que para los no iniciados, es el porcentaje de compromiso con la dieta Paleo (80%) y el de comer y/o beber cosas fuera de ella (20%), por malas que sean, bien porque te apetece de vez en cuando o bien cuando no tienes otro remedio, ya sea por disponibilidad o por no herir los sentimientos de esa simpática señora (quizá una suegra... No es mi caso, he de decir) que con tanto amor te ofrece unas gachas.
  • Ofrece una buena cantidad de recetas con buenísima pinta y enmarcadas dentro de objetivos que van desde mejorar el estado de ánimo a ayudar a contrarrestar un proceso inflamatorio.

En contra:

  • Pone un poco en duda la grasa saturada, que tomada en mucha cantidad es mala dice, pero no cuanta cantidad es el límite. Y tampoco dice lo estable que es y por tanto idónea para cocinar. Y aunque defiende el coco, por alguna razón que no explica, afirma que no se puede comer mezclado con hidratos...
  • Aunque habla de la leche (no humana) y señala los motivos por los que no es saludable y la mala fuente de calcio asimilable que es a pesar de la insistencia de la publicidad en afirmar lo contrario, no habla de los otros lácteos, queso, yogures, mantequilla... Ni de cómo la fermentación o curación cambian sus propiedades y lo que eso supone.
  • Enumera y explica diversas formas de cocinar y afirma que freír es malo porque satura el hígado, aunque sea sofreír unas verduras en aceite de oliva (propone pochar sin aceite, técnica que cada vez que pocho olvido probar, con lo que no puedo añadir aquí un comentario con mi experiencia personal, lo siento), y que además el aceite pierde sus propiedades al calentarse a más de 60º, pero no profundiza en el tema, dejándome con la duda una vez más, ya que las afirmaciones de si el AOVE aguanta bien o no la temperatura van pasando del sí al no según a qué autor leo y qué estudios trae bajo el brazo para probarlo. Pero aquí no nombran estudios que lo prueben...
  • El libro a pesar del título se centra en la dieta, no habla del tipo de ejercicio que el estilo de vida Paleo sugiere...

Como veis, son pocos "contras", que me surgen más porque me gustaría que el autor ahondara más en ciertos temas que porque esté en desacuerdo con él.

En definitiva, recomiendo el libro sin duda, porque si ya habéis buceado bastante en la literatura sobre la dieta Paleo, reforzaréis creencias, ampliaréis información y seguramente descubriréis cosas nuevas. Y sobre todo porque me parece el regalo perfecto (en papel impreso, con su portada y su copiright, que tanta credibilidad dan al lado de mi cháchara apostólica jodiendo almuerzos y meriendas) y por tanto el medio idóneo para iniciar en este saludable modo de ver la vida y entender la zampa a incrédulos, sospechosos (en el sentido de que ellos son los que sospechan), talibanes de la sabiduría convencional, gorditos temerosos y enfermizos pastilleros, hartos todos ellos de su insano statu quo y por tanto ansiosos, aunque sea en el fondo, de dar con la piedra filosofal de la salud.

¡Lean pues!
Nach

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