jueves, 13 de diciembre de 2012

Flores de alcachofa 2.0

Ya dije que amo las alcachofas y es más, me encanta que sean una verdura muy de temporada, porque eso hace que las desee más. Hacia casi el final de la temporada pasada (de alcachofa) publiqué esta receta, tratando de imitar las maravillosas flores de alcachofa de un restaurante madrileño. Bueno, pues en este tiempo en vez de seguir especulando he echado mano de espías para acercarme más a la receta original. No puedo asegurar que así sea como las hacen en el Pimiento Verde, pero al gusto y la vista esto anda bastante cerca de lo que allí dan.
Aprovecho también para arrancar una serie de artículos 2.0, ya que por un lado está próximo el segundo aniversario de este blog y sobre todo porque estoy, como casi todos, en evolución y hay cosas que en su día planteé aquí que he cambiado ligeramente o incluso mejorado. Y sin tener que desterrar lo anterior, quiero actualizar en esta palestra mis progresos.
Empezando por estas fantásticas alcachofas, así que al tema.

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Ingredientes para 2/3 personas:
  • 6 alcachofas buenas, buenas.
  • AOVE.
  • Escamas de sal.
  • Y punto.
  • Ya está.
  • Nada más.









Elaboración:
Atención, concéntrate, que esto es muy difícil... Se lavan y limpian bien las alcachofas, quitando los tallos, las puntas y todas las hojas duras hasta llegar al tierno corazón y dejando las base plana y redondeada en los bordes. Conforme cada alcachofa esté preparada, para evitar que se oxide rápidamente, se va poniendo en una cazuela que contenga una generosa cantidad de aceite (1 dedo al menos) y de tamaño lo más ajustado posible al volumen total de todas las alcachofas y se embadurnan un poco en el aceite. Una vez todas estén dentro, se tapan y se estofan a fuego lento (4 en la vitro) durante unos 45-50 minutos, volteando de vez en cuando.
Creo que es la elaboración más corta que este torpe amante de la retórica ha escrito jamás, eso sí mordiéndome el puño para no rellenarla con trescientas chorradas. Es tan corta, que para dar más datos, os pongo un par de fotos del proceso.

Alcachofas hacia abajo              Alcachofas hacia arriba

Hay un poco de truco no obstante, y la elaboración exige algo de atención para que las alcachofas queden en su justo punto de ternura. Quizá necesiten algo más de tiempo (normalmente con 1 hora cualquier alcachofa estará lista), así que cuando les deis la vuelta id comprobando. También he de decir que si es necesario, si algún trozo de alcachofa (generalmente la zona media) no queda cubierta en aceite en uno u otro momento, ponedlas tumbadas girando por todos los costados también, no sólo boca arriba y boca abajo.
Para emplatar, se abren con la ayuda de dos cucharas y se les pone unas escamas de sal y algo de aceite (bien de la cocción o bien crudo) por encima.
DE-LI-CIO-SAS.

Ñam. Ñam. Ñam. Y ñam...

Nota: Tanto el aceite sobrante como las hojas de alcachofa desechadas se pueden (se deben) utilizar para la elaboración de una deliciosa sopa, sólo apta para auténticos faners de esta verdura.

Nutrición:

  • Las alcachofas son medicina verde. Tienen hierro, magnesio, potasio y fósforo, antioxidantes (flavonoides), fibra soluble, vitaminas del grupo B y cantidad de ácidos que protegen y regeneran el hígado y estimulan la función biliar y el metabolismo de las grasas. Son conocidas por su acción diurética y desintoxicante, bajan el colesterol malo (LDL), el azúcar en sangre y el exceso de ácido clorhídrico en el estómago. Adecuadas en dietas depurativas y adelgazantes, para dolencias del hígado y enfermedades como la gota, la artritis y el reumatismo. Hasta propiedades anticancerígenas se les atribuyen... 
  • El aceite de oliva nos aporta gran acción antioxidante por sus polifenoles y vitamina E, también baja el LDL y el nivel de glucemia (azúcar en sangre). Se compone mayoritariamente de ácidos grasos monoinsaturados que la hacen una grasa muy estable y por tanto idónea para cocinar (grasa estable=grasa sana).

Y a disfrutar, señores,
Nach

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lunes, 3 de diciembre de 2012

Ajoblanco de pera

A mí, las peras ni fu ni fa, la verdad... Así a palo seco, me refiero. Me gustan en una ensalada o salteadas en mantequilla como guarnición, pero me aburren un poco como fruta. A casa nos llega una caja ecológica quincenal y hasta hace bien poco no podíamos elegir cada ingrediente, con lo que de vez en cuando ¡toma kilo de peras! Pero un buen día en un restaurante, como aperitivo sirvieron esta delicia, un ajoblanco con pera... ¡Madre mía, qué maravilla! Lo siguiente fue mirar aquí y allá en internet, hacer un par de probatinas y aquí tenéis nueva receta. Sé que estamos al final de la temporada de peras y ya hace bastante fresquete pero un entrante frío siempre cae bien y aquí queda la receta para el futuro...

Creo que son peras de agua, pero no puedo asegurarlo.
Ingredientes para un buen lote:
  • Almendras crudas peladas (larguetas u otra variedad 150 gr. aprox.).
  • Peras (cualquier variedad 1 kg.).
  • Ajo (1-2 dientes, al gusto).
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Vinagre de Jerez.
  • Sal marina sin refinar.
  • Agua.



La receta es rematadamente sencilla y básicamente consiste en triturarlo todo junto, pero hay un par de trucos que la harán mejorar mucho.
Lo primero: preparación de las almendras, por el procedimiento del remojo y secado que explico detalladamente al final de este artículo, por cierto lleno de información sobre los frutos secos. Dejando en remojo durante la noche, las almendras resultan más nutritivas y fáciles de digerir. Si además le queréis dar un toque de sabor tostado, lo que os recomiendo encarecidamente, proceded como explico en el citado artículo con el horno a baja temperatura, es laborioso pero podéis hacerlo en lotes grandes y guardar lo que no uséis, durará meses.
Vamos poniendo todos los ingredientes en el vaso de la batidora/thermomix o en un recipiente apto para triturar. Pelamos el ajo y le quitamos el germen (si queréis más ajo, pero que no quede muy fuerte, podéis echar más dientes blanqueados previamente), añadimos las almendras y también las peras lavadas, peladas y sin rabo ni corazón ni pepitas. Por cierto, en este paso nos conviene ser diligentes porque como sabéis la pera se oxida rápidamente, no es que el plato se vaya a estropear, pero quedará oscuro y no tan bonito, una vez estén mezcladas con el AOVE este las protegerá con su potente acción antioxidante y el oscurecimiento será muuucho más lento. Añadimos el citado AOVE en una cantidad generosa (como medio vaso), un chorrito de vinagre de Jerez, 1-2 pizcas de sal y un poco de agua (como medio vaso, lo que prueba la relatividad de las cosas en la vida, medio vaso es una "cantidad generosa" de aceite y sin embargo sólo "un poco" de agua). Trituramos bien, pero bien, bien, por lo menos un minuto si la batidora es potente. Probamos para rectificar de sal, vinagre y aceite y añadimos (o no) agua para dar con la textura y densidad que consideremos óptima. Metemos a la nevera hasta un rato antes de consumirlo. Al día siguiente seguirá estando rico y nada oscuro. Conviene tomarlo fresco, pero no helado.
Segundo truco: para darle un toque, a la hora de servir podéis añadir unos piñones (mejor preparados ya sabéis cómo o ligeramente tostados a fuego lento) y un chorrito de aceite de oliva con un picado de romero fresco (u otra hierba que según vuestro criterio rime con el plato).
Absolutely delicious!

Tapita fresca, rica, nutritiva y saciante, ¡ole!
Nutrición:
Las peras no son la bomba precisamente a nivel nutricional, apenas tienen aporte de vitaminas a diferencia de otras frutas, pero sus cosillas aportan, por ejemplo potasio (además de poquísimo sodio), magnesio y calcio y una serie de ácidos (caféico, ursólico...) que le dan un considerable poder diurético. Además tiene una buena cantidad de pectina (fibra soluble, que es la que conviene). Puede presumir de un índice glicémico bastante moderado lo que la convierte, por ejemplo, en fruta recomendada para embarazadas con diabetes gestacional.
El Aceite de Oliva Virgen Extra es una maravilla que se tiene más que justamente ganado el apodo de oro líquido. Se compone mayoritariamente de ácidos grasos monoinsaturados, muy estables (grasa estable=grasa sana) y tiene virtudes antioxidantes, cardiosaludables y palatalmente orgásmicas.
En cuanto a las almendras, las tenéis analizadas en detalle (junto al resto de frutos secos más comunes) en el artículo anteriormente citado y que de nuevo os insto a que leáis.

¡Salud!
Nach

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